El pulso es un empujón
a lo inexplicable.
No sólo hay cajones,
hay caminos abiertos
que no los quería.
Hay tumbos que no son culpa de nadie.
Basta un suspiro
un soplido
para tirar abajo
a una persona.
Se levanta y quiere saber por qué
vuelve lo inexplicable,
el camino vedado en su cabeza.
Lo inexplicable es entonces lo que tira
y la impotencia la que la pierde
la desesperación, de nuevo, de no verse
preparada para caminos que una vez se abrieron
sin ella quererlo
sin ella saberlo
sin ella.
A veces no te esperas estar lejos,
aunque sea por un instante,
por una noche,
de las cabezas
que te importan.
El peso pluma,
se enfrenta al fin de la inocencia,
para algunas cosas,
a decidir con cartas sobre la mesa
si sigue llorando
si sigue pensando en quien quiere
si seguirá limpia,
lo desea y luchará
contra su exigencia
contra la de los demás
y hará de todo esto un video danza que se llame:
"irrational thinking objective emotion,
quizás eso la cure"