Vestían silencio con pasos al trote.
Venían del fondo,
del frente, del lado.
Alguien esquivaba sus presencias,
seguía sus cuerpos
como pelotas de tenis.
Sudaban y os miraba,
pensando un sueño.
La niña cargaba un saco.
El padre una bandera con ruedas.
Un perro sacó a pasear a su dueño.
Dos uniformes
vestidos de niños
pasaron,
se esfumaron.
Fueron puntos en el espacio.
Cerraron sus ojos,
dejando de verse.
Grises,
en blanco y negro.
Sonaban a lejos.
Sabían a café y a humo.
Saben del tiempo
que huele a niebla.
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